28.6.10

d'abans

galvanize

abans volien ser estrelles de rock, 
després van voler ser dj's.
no és greu.
l'important és que puguin ser,
a seques.

27.6.10

cartel

HOLA MI PERRITO SE EXTRAVIO EL 25 DE JUNIO EN EL CAUCE DEL RIO TURIA VALENCIA EL CONSTANTEMENTE SE ENFERMA DEL ESTOMAGO, TIENE UNA GASTRITIS SEVERA Y PADECE DEL CORAZON ,ESTA EN TRATAMIENTO  TIENE 4 MESES, ES TRICOLOR, CON MANCHAS BLANCAS NEGRAS Y CARAMELO,POR FAVOR SI LO TIENES REGRESAMELO, LO EXTRAÑAMOS MUCHO LE HEMOS COMPRADO A NUESTRO HIJO QUE TIENE LEUCEMIA LLEVA EL CHIP ATENDE POR EL NOMBRE DE BEBE,GRACIAS, RECOMPENSA 100 EUROS .
MOVIL 687 719 149
email msants@hotmail.es
SOMOS DE VALENCIA VIVIMOS POR LA PLAZA DE TETUAN

26.6.10

plataformas imposibles (3)

plataforma contra los empleados de reprografía que hacen triple click.
porque no hacen falta tres.

con dos basta.

25.6.10

el hombre que no sabía barrer

que todas las bombillas que hayan de romperse desde ahora hasta el final de mis días lo hagan a más de cien metros de mí. tanto si rompen con el frugal (*) alboroto de lo que aún tiene vida, como si se precipitan desde unas manos torpes hasta el testarudo suelo, quedando el vuelo de la factura y la bolsa doblada como acordeón testimoniando una muerte prematura. 
jamás estaré preparado para recoger cristales. tras un estruendo fácilmente descriptible como tetradimensional, el cuerpo de la bombilla, que antes se conformaba con el amarilloso incandescente, se licencia por separado y con buena nota en artes de camaleón: y el pedazo que fue a posarse en la alfombra azul se torna azul, ¡todo un mago!; el que se apoya en la madera se torna color madera, y así hasta casi el infinito, como en una apología de zenón. y uno empieza a recoger el desastre pensando que el infinito no es para tanto. los dedos se atreven a atrapar, no sin cuidado, los fragmentos más grandes de bombilla, y en la cabeza se inaugura un puzzle: la bombilla se va reconstruyendo en nuestra imaginación según índice y pulgar despegan cada pedazo del suelo y lo arrojan al cubo de basura, que es otro suelo pero más discreto. y el optimismo tras las primeras veces desaparece en un momento, también filípides pensó que alcanzaría a la tortuga. cuando ya hemos aumentado el nivel de exigencia y disminuido el volumen del fragmento a encontrar, y en el caso de que no nos encontremos solos frente al desastre, alguien alza en el aire una porción de cristal vigorosa, orgullosa y afilada, capaz de atravesar los abdómenes de siete princesas puestas en fila; y su sarcasmo nos apunta con el dedo, ya que los dedos se afanan en retener a aquel monstruo cristalino:
-“¿cómo no has podido ver éste?”
nunca fui bueno recogiendo cristales.
*
después sucede la escoba, esa escoba bigotuda desatendida y por ello desobediente con la que uno no sabe si limpia o ensucia más, sucede con insistencia en el suelo y en los rincones, que no son más que suelo que se cayó de bruces del susto. una y otra vez, monótona melodía de trámite. para el hilito de mínimos cristales que se resisten a la rampa del recogedor preparamos un pañuelo, o una servilleta mojada; trucos de madre.
*
devolvemos al exilio a la escoba y al recogedor, y lanzando la bolsa que encierra el desastre al contenedor, un suelo que no nos atañe para nada, huyendo de éste al instante con un saltito, mirando a los lados para comprobar que nadie nos ha visto portando basura, como si los contenedores, sencillamente, no existiesen, como si fuesen un paréntesis transparente de la realidad, una llaga en el continuo espacio-tiempo, un continuo en el que,
-“no, simplemente en este mundo no existe la basura”
creemos que la maldición del cristal roto ha terminado...

pero cuando abro la puerta de casa y ésta me responde con un chirrido insoportable entiendo que aquello no hecho más que empezar.
“avisar a los niños para que no anden descalzos.
pedirle la aspiradora a la vecina.
mirar debajo y detrás de los muebles.”
y alguna tarea más en los próximos días.
nunca he sido bueno recogiendo cristales.
*
por eso deseaba que todas las bombillas que hubieran de romperse de aquí al final de mis días lo hicieran a más de cien metros de mí, en el suelo de otros. leía y tomaba pastas a la vez, sí, de ahí, de ahí la torpeza, un codo demasiado pronunciado que inclinó la lámpara. y el suelo, famélico de novedades, ascendió corriendo originando el desastre. heme aquí, agazapado en el sillón, amenazado por un mar puntiagudo, por un infierno que no es rojo, sino transparente. el teléfono no deja de sonar.
y tengo hambre.
han pasado dos días y
el sillón huele a pipí.
malditas bombillas.

24.6.10

plataformas imposibles (2)

plataforma contra la gravedad: por un mundo sin cargas añadidas.

el lugar donde pasan cosas (fragmento)

summer days, summer nights are gone,
summer days and the summer nights are gone,
i know a place where there's still somethin' going on…

me senté en la arena.
me sentía bien. pasó alguien corriendo por el paseo, despacito, un aficionado.
cuando me aburrí de escuchar mi propia voz desde dentro pude oír al mismo mar de todos los veranos que me decía sin parar:
“la más espantosa soledad: no ser pensado por nadie; la más espantosa soledad: no ser pensado por nadie; la más espantosa soledad...”
me levanté, me remangué los pantalones y me mojé los pies.
podría imaginar la escena vista desde fuera, por el espectador involuntario, por un corredor ocasional: el típico chico romántico, de aspecto ni muy cuidado ni muy descuidado pero con demasiada poca ropa para el viento que hace, con su libreta y su bolígrafo, amasando recuerdos, quizá inventándolos... quizá su vida consiste en eso, arrimarse a algún contexto bonito, inventar recuerdos divertidos con amigos inventados, mojarse los pies en el mar y marcharse a casa a seguir con el protocolo de seguir vivo: abrir puertas con llaves que alguien puso en nuestro bolsillo cuando decidió que ya teníamos edad o consideró la mísera nómina de camarero, saludar con educación a otros que ni son nosotros ni son como nosotros: pero el caso es que están allí y de no apartarnos nos tropezaríamos con un pedazo de masa ajeno. intercambio de “holas” con hache, nada que ver con las revelaciones del mar. encender la luz, abrir una nevera, enchufar la tele, subir la temperatura: la imaginativa gama del ser humano gastando electricidad. dormir, por fin, la actividad inocua, tal vez porque es estar un poco muerto; o todo lo contrario, cogiendo carrerilla para poder seguir gastando más mañana.
*
siempre me cuesta dormir, y siempre que me cuesta dormir empiezo a engendrar ideas absurdas, a veces divertidas: por lo tanto, mis estancias en la cama son un continuo de ideas absurdas, a veces divertidas.
por ejemplo, la goleada al que duerme.
acercarse despacito al amante y, apenas modificando su estado, regalarle la mejor felación de su vida. y dejarlo durmiendo de nuevo.
o bien acercarse al vecino brutal, que duerme, y llevarse su vida manchada en un hacha. y dejarlo morir al fin.
una auténtica victoria por goleada ante el equipo inerte que al mismo tiempo está y no está: está para divertirnos. es más divertido apedrear ranas que apedrear sin más. todo el mundo lo sabe.
y me dormí, y aquella noche soñé con ranas.

23.6.10

plataformas imposibles (1)

plataforma contra los que, en lugar de sacar dinero, juegan a los marcianitos en los cajeros automáticos.

apuntes con fosfis

hay una frase que dice "los diplomáticos son los encargados de solucionar problemas que no existirían si no existiesen los diplomáticos". aplicando este silogismo a lo local, me da la impresión que los profesores de la escuela de idiomas sólo sirven para formar a los futuros profesores de la escuela de idiomas...
tras muchas frustraciones, y con el centro de idiomas de la universidad de por medio, creo que me quedo con la puerta.
"- los ochocientos mil millones de euros o la puerta", grita la presentadora.
"- me quedo con la puerta", dice el m concursante.
(tras la puerta había un guisante con ojitos pintados y capa de superhéroe... ¡más mono!)
*
vale. no fui a clase en todo el curso.
(...)
era la última parte del examen, la prueba oral. entro y veo a isabel.
isabel, de esas profesoras revenidas y tan molestas como tener los dedos pegajosos, expertas en el sutil arte del mobbing académico, para la que recreé en mi cabeza una vida miserable similar a la de la funcionaria de la película "cabeza de perro". si no le hacías la rosca, tenías los apuntes pasados a limpio y con fosfis... es decir, si tenías una vida aparte de la escuela de idiomas y no respondías al perfil de cuarentón-aburrido-y-pelota-que-por-apuntarse-a-tres-idiomas-piensa-que-está-haciendo-una-carrera, te odiaba y lo hacía notar.
por isabel dejé la maldita escuela de idiomas... y allí estaba de nuevo en los créditos mi vida, balanceando una enorme espada sobre mi cabeza, apuntándome con sus mejillas destrozadas tras años de hacerse peelings con la escopeta de perdigones de su abuelo.
*
"- ¿y qué es eso del punto del profesor?"
"- pues que si una de las partes te ha salido mal, si has ido a clase y has hecho los trabajos, el profesor puede subirte un poco la nota para que apruebes..."
*
es decir: que si eres tan inepto como para suspender a pesar de haber ido todo el maldito año a clase y haber hecho todos los malditos trabajos... ¿mereces que te inflen la nota?

pd. no más profesoras de francés nacidas y criadas en monteolivete.

20.6.10

estaciones

ya es verano:
ya hace frío en el metro.

isn't he a bit like you and me?

topping

tengo un proyecto fotográfico rondando por la cabeza en el que pinto un barquito con tiza sobre la acera y adjunto el texto: "esto no es un barco". luego, fotografío el carril bici de al lado: "esto no es un carril bici". pintar las cosas no significa que existan. pintaos los sueldos en la servilleta del bar, malditos, como los "funny papers" de los beatles...
*
cuando apareció el sims y empecé a jugar con un colega, luego nos moríamos de risa aplicando sus variables a la vida real: "si mantengo otra conversación con esa chica podré proponerle una relación / si me compro un nuevo sofá me subirá la felicidad un ratito / si me ducho me aumenta el bienestar".

please, don't kill me

ya vamos a tener en valencia nuestro sistema de alquiler de bicicletas. a priori parece una noticia estupenda.
a mi no me lo parece.
no me lo parece porque su aparición estelar veraniega viene precedida de la prohibición de circular por la acera (aceras abarrotadas de gente como las de colón, acercas enormes como las de pont de fusta o aceras inexistentes como ciertas calles recién remodeladas del centro histórico. la de los borja, por ejemplo, pensábamos que iban a peatonalizarla; por el contrario, ahora caben dos coches a la vez: yuju).
no me lo parece porque el supuesto carril bici es un trozo de acera pintado, en muchos casos mal pintado, frecuentado por skaters, patinadores, paseadores de perros, ciclomotores -en marcha o aparcados-, estudiantes con maletas, madres con niños, sillas de ruedas empujadas por latinas, atletas aficionados que sienten que es "más deporte" si van por el carril bici, unidades de limpieza de calles, ciclistas andando charlando con el colega que va sin bici, peatones despistados (que por despistados no son culpables: es que el carril bici, que no es tal, está terriblemente mal puesto)... y totalmente incoherente respecto a paradas de autobús, pivotes para pagar la o.r.a., árboles que impiden la visibilidad, esquinas letales en las que la bravuconería del ámbar engulle la preferencia del verde (recorrer blasco ibánez de punta a punta es un pasaporte al suicidio).
*
además, como siempre, lo peor son los modos.
primero, el nombrecito: "bisi", según sus ideólogos "un juego de palabras entre bici, bici-si y, sobretodo, la pronunciación de bici en valenciano." estoy harto de que se use el valenciano como atracción de feria, como curiosidad antropólogica.
las bicicletas son para el verano, y el valenciano es para el truc, les falles, l'horta, para els collons y para los chistes. es como las características raciales en hollywood: una vez te has instalado, haces del inglés tu lengua, te casas con un local y asumes todos los rasgos la cultura de adopción... se acepta tu latinidad o tu negritud, pero como curiosidad, como toque exótico. siempre que no seas demasiado racial, obviamente.
l'umbracle, l'oceanogràfic y ahora la bisi. los primeros por el toque cool, el segundo por lo campechano. pero quedando bien patente que la lengua, en su dimensión real, se la suda quince pueblos.
en varios sitios (la facultad de historia, por ejemplo) la aparición de este maravilloso sistema ha supuesto la desaparición de parte de los pocos aparcamientos para bicis con los que contábamos los sufridos ciclistas. ahora resulta que todos vamos a ser ejecutivos dinámicos como los del folleto que salimos de nuestra casa en cánovas para ir a trabajar a nuestra oficina en maría cristina, pues, ¿cuántas "bisis" pondrán en el cabanyal? ¿y en la coma? no vamos a necesitar la bicicleta más de media hora, porque, ¿quién es el loco que pedalea durante media hora? para esas distancias mejor te coges el coche. la bici es para paseítos.
y además, la vinculación bancaria de la tarjeta. odio, detesto el aliento de los bancos como bestia que son resonando detrás de cada paso que des: contratar la luz, pedir una ayuda de alquiler, sacarte la tarjeta de la "bisi".
*
en fin: me imagino valencia como una enorme partida de los sims que maneja rita. tras construir gigantescos museos-cáscara, le aparece la opción de instalar un sistema cool de bicis cool para gente cool. y la gente encantada lamiendo este topping de nata. sin darse cuenta que el topping de nata se encuentra en lo alto de una gran caca de perro.

14.6.10

ubicación errada

una pequeña coreografía de pequeña ilegalidad:
entro a la biblioteca en un domingo, sangriento domingo. puertas que giran, todo tan moderno. cerca de informació bilbiogràfica. apunto los resultados en el móvil en un mensaje para nadie porque olvidé boli y papel al salir de casa. busco los libros: primer piso, sala seis. cabezas gachas portando ojos, aún con el enfoque de apuntes me apuntan, con mi movimiento les distraigo. saco libros calentitos, con ejercicios. algunos llevan en estas estanterías más años que yo en esta tierra, pero qué modernos se me antojan. con cuanta tecnología aparece barnizado todo lo ignorado.
vuelvo al ordenador, cerrando el primer ciclo: aquest ordinador és per cercar informació biblogràfica. un sistema práctico me permitiría escribirte siempre y cuando hubiesen ordenadores libres para aquellos que efectivamente busquen información bibliográfica. un sistema racional lo impediría sin mirar ni siquiera cuantos de los ordenadores no funcionan, o si llueve, o si estoy triste.
es decir: ahora, desde la pequeña ilegalidad de mis palabras, convengo que estaría permitido que fueses un libro desconocido, pero no una amiga, una afrancesada, pelos de gato adheridos al sudor, una digna rival en una mesa de ping-pong.
tom waits, en "what's he building (in there)?", de su disco "mule variations", nos narra en tres minutos y pico la paranoia de unos vecinos que se preguntan continuamente qué estará construyendo su vecino, allí, en el sótano, qué estará tramando, qué son esos ruidos que hace de madrugada... se va cargando el ambiente opresivo hasta que se desata en una dirección, y se confiesa en una frase final que deja la historia terroríficamente abierta: qué diablos estará construyendo allí... nosotros tenemos derecho a saber...
tengo dos recuerdos, como dos clips de metal: una atleta de los paralímpicos de barcelona, deficiente visual y vencedora en su categoría, que tras pasar la meta y recorrer unos metros da pasos en falso, esquiva con el cuerpo y se protege con los brazos de objetos inexistentes, tal como nosotros los videntes los habremos de dar cuando se va la luz... el otro recuerdo es yendo en coche, con mi madre, yendo a la montaña donde me crié, con todos mis tíos de pega... el momento crítico de cruzar la Carretera (la carretera, el río, el circo, todas ellas notables instituciones para la gente aburrida de pueblo), y un perro flaco que no sabe si va o si viene, en medio de la carretera, andando despacio, dándose la vuelta, no comprendiendo que esos escasos veinte metros cuadrados asfaltados, que para él solo son suelo y olores, no le están permitidos si por alguna clase de instinto desea conservar la vida: no, por ahí van los coches, luego personas y perros han de pasar, no permanecer, y hacerlo con cuidado. a la vuelta el perro se había resumido en un anexo de lo humano, piel y sangre de la que las moscas comenzaban a dar cuenta.
yo lo vi todo, y vi en sus miradas la misma angustia de la ubicación errada: la atleta con su amago para no chocar, el perro con su confesión de incompresión, y sus intentos de no ser embestido.
la atleta se me quedó dentro: no comprendí con qué pensaba que iba a chocar, si las pistas son espacios delimitados y vacíos, sin gente, a excepción de los rivales... pero ella ganó, no había nadie por delante... de qué temía, qué creía que había que esquivar... acaso pensaba que de todos los miembros de la organización y el público del estadio la dejarían chocar con toda su inercia de campeona... que nadie la avisaría o haría nada por ayudarla... qué soledad...
el perro me arrancó una pregunta, nacida de la seguridad del tono de la sentencia de mi abuelo, que subía con nosotros en el coche: ese perro cuando volvamos estará muerto. ¿por qué somos videntes de un negro futuro?, ¿qué cantidad de realidad nos está permitido modificar con nuestros actos?
cuando de pequeños nos quedábamos hasta tarde viendo la tele, permanecíamos sentados frente a ésta, cereales que bailan y cantan, risas de bote, dinero por preguntas acertadas y la blanca sonrisa de jordi hurtado... hasta que aparecía una melodía solo a medias conocida y una figura al lado de la carretera, un cowboy con una maleta: comenzaba una serie "de miedo" (creo que basada en la película del exorcista) y los tres nos lárgamos rápidos a apagar la televisión, pues solo con las primeras notas de aquella canción tétrica teníamos suficiente para evocar montruos a la hora de dormir... y el pipí volvería a las sábanas, como perritos...
mi indignación de ciclista choca con la Imposibilidad de pasar por ciertas calles venidas a más que irrigan mi ciudad... calles sin acera, con quitamiedos, en las que los coches van más rápido... calles que aspiran a la insolencia de las carreteras... porque por las carreteras no ha de andar nadie. y te toca resignarte, dar una vuelta enorme, o volver a casa y poner la televisión, mientras fuera, perros, ciegos y cowboys andan, en contra de lo convenido, al lado de las carreteras. seres suprahumanos que terminan aplastados por la vehemencia de la multitud. 
¡qué está haciendo ese loco ahí!
nosotros tenemos derecho a pasar...