de la tos me imaginé la voz, y de la voz una conversación magnífica, de la que brotaban ocurrencias, oscuras referencias culturales, las anécdotas más absurdas e increíbles: y dicha evocación me mantuvo entretenido hasta la última parada.
pero cuando me levanté y comprobé que el vagón estaba vacío, que siempre lo había estado, me recorrió un terror marabunta entre la ropa y la piel al preguntarme de dónde había salido la tos.
sin embargo llevaría muchos recuerdos*
ResponderEliminarde ahí la tos